The Führer: What Did Hitler's Title Mean?
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Working Toward the Führer (en español)

Consider how the Nazis leveraged Hitler’s public image in their pursuit to transform German society according to Nazi ideology. This resource is in Spanish.
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Asunto

  • History
  • The Holocaust

Trabajar para el Führer

A partir de la década de los veinte, Hitler utilizó el título de Führer para referirse a su posición dentro del Partido Nazi. Führer significa “líder”, pero para Hitler el Führer no era un líder ordinario de un partido político o de una nación. Modeló su idea del Führer en el liderazgo de Benito Mussolini, que dirigió el movimiento fascista en Italia y se convirtió en el dictador de ese país en la década de los veinte.  Los fascistas eran nacionalistas extremos que creían en la necesidad de la unidad absoluta de la población tras un único líder carismático y en la supremacía del bien de la nación sobre los derechos de los individuos.  El fascismo se originó en Italia pero influyó en movimientos políticos y gobiernos de todo el mundo en la primera mitad del siglo XX. 1

Hitler creía que, como todos los dictadores, la palabra del Führer era ley; cuando cambiaba de opinión, la política pública cambiaba. Pero el liderazgo carismático del Führer, su capacidad para expresar la voluntad de la nación y satisfacer los deseos de las masas, le conferían una habilidad especial para ganarse adeptos y el deber de resolver los problemas de la nación y conducirla a la grandeza. En la década de los veinte, Hitler describió a uno de sus oponentes dentro del Partido Nazi la relación que esperaba tener con los miembros del partido: “Para nosotros la Idea es el Führer, y cada miembro del partido solo tiene que obedecer al Führer”. 2  En la década de los treinta, los nazis intentaron establecer la misma relación entre el Führer y el pueblo alemán.

Los nazis construyeron cuidadosa e implacablemente la imagen pública de Hitler. Difundieron imágenes de Hitler en poses heroicas en carteles y en periódicos por todo el país. Hitler ensayaba sus discursos, incluyendo su postura y sus gestos, para proyectar fuerza y determinación. Como resultado de estos y otros esfuerzos, los nazis fueron capaces de crear “la adulación a Hitler de millones de alemanes que, de otro modo, podrían haber estado solo marginalmente comprometidos con la ideología nazi”. 3  Como explica el historiador Ian Kershaw:

Para los trece millones de alemanes que votaron nazi en 1932, Hitler simbolizaba —como un camaleón— las diversas facetas del nazismo que les resultaban atractivas. En su imagen pública, era un hombre del pueblo, sus orígenes humildes enfatizaban el rechazo de los privilegios y del estéril viejo orden en favor de una sociedad nueva, vigorosa y ascendente, construida sobre la fuerza, el mérito y el logro. Se le consideraba fuerte, intransigente, implacable. Encarnaba el triunfo de las verdaderas virtudes germánicas —el valor, la hombría, la integridad, la lealtad, la devoción a la causa— sobre la decadencia, la corrupción y la debilidad afeminada de la sociedad de Weimar. Por encima de todo, representaba la “lucha” —como anunciaba el título de su libro Mein Kampf: la lucha del “pequeño hombre” contra los “grandes batallones” de la sociedad, y la lucha mortal contra los poderosos enemigos internos y externos de Alemania para asegurar el futuro de la nación. 4

Una vez que Hitler estuvo en el poder, su personalidad pública como Führer del pueblo alemán animó tanto a los funcionarios del gobierno como a otros alemanes a tomar iniciativas por su cuenta para ayudar a la nación a hacer realidad los objetivos que él expresaba. De hecho, dejó en manos de otros la tarea de averiguar cómo llevar a cabo las políticas y gobernar Alemania. En un discurso de 1934, un funcionario del ministerio de alimentación explicó:

Todo aquel que tenga la oportunidad de observarlo sabe que el Führer difícilmente puede dictar desde arriba todo lo que pretende realizar tarde o temprano. Al contrario, hasta ahora todo el que ha tenido un cargo en la nueva Alemania ha trabajado mejor cuando, por así decirlo, ha trabajado para el Führer. Muy a menudo y en muchos ámbitos ha ocurrido —también en años anteriores— que los individuos se han limitado a esperar órdenes e instrucciones. Desafortunadamente, lo mismo ocurrirá en el futuro; pero, de hecho, es deber de todos intentar trabajar para el Führer en la línea que él desearía. Quien cometa errores se dará cuenta muy pronto. Pero cualquiera que realmente trabaje para el Führer siguiendo sus líneas y hacia su objetivo tendrá sin duda, tanto ahora como en el futuro, la mejor recompensa en forma de la repentina confirmación legal de su trabajo. 5

La dinámica que describió este funcionario del gobierno se dio en todo el gobierno alemán. Hitler establecía objetivos y proporcionaba directrices y, a continuación, o bien nombraba a personas concretas para garantizar que se cumplían sus objetivos, o bien dejaba que los burócratas del gobierno y los funcionarios del Partido Nazi lo resolvieran por sí mismos. Según Kershaw, este proceso de “trabajar para el Führer” se desarrolló no solo dentro del gobierno, sino también en toda la sociedad alemana:

Los individuos que buscaban un beneficio material mediante el ascenso profesional en la burocracia del partido o del Estado, el pequeño empresario que pretendía destruir a un competidor mediante una difamación de sus credenciales “arias”, o los ciudadanos de a pie que ajustaban cuentas con sus vecinos denunciándolos a la Gestapo, todos ellos estaban, en cierto modo, “trabajando para el Führer”. . . . Una y otra vez, Hitler marcaba el tono bárbaro, ya fuera en discursos públicos llenos de odio en los que daba luz verde a acciones discriminatorias contra los judíos y otros “enemigos del Estado”, o en discursos a puerta cerrada ante funcionarios nazis o líderes militares. . . . Nunca faltaron colaboradores dispuestos, lejos de limitarse a los activistas del partido, dispuestos a “trabajar para el Führer” para poner en marcha el mandato. 6

Preguntas de contexto

  1. ¿Cómo crearon los nazis una imagen pública de Hitler que se ganó el apoyo de tantos alemanes? ¿Qué cualidades destacaron? ¿Por qué cree que esas cualidades eran tan atractivas para los alemanes?
  2. ¿Qué significa la frase “trabajar para el Führer”? ¿Cómo explica la relación entre Hitler y sus asociados y seguidores? ¿Quién tomó decisiones y emprendió acciones concretas para lograr la transformación de Alemania, de acuerdo con la ideología nazi?
  3. ¿Qué es la obediencia? ¿Es posible la obediencia en ausencia de una orden directa a seguir?
  4. Según Ian Kershaw, Hitler era el “eje” del régimen nazi y el nazismo no podría sobrevivir sin él. ¿Qué pruebas de la lectura apoyan esta opinión?
  5. ¿Quién define los objetivos de la comunidad a la que usted pertenece? ¿Qué oportunidades tienen usted y los demás de ayudar a dar forma a esos objetivos o de estar en desacuerdo con ellos? ¿Qué papel desempeñan usted y otros miembros de la comunidad en la consecución de esos objetivos?
  • 1Robert Soucy, "Fascism," en Encyclopedia Britannica, consultado el 22 de junio de 2016.
  • 2Jeremy Noakes y Geoffrey Pridham, eds., Nazism 1919–1945: A Documentary Reader, vol. 1: The Rise to Power 1919–1934 (Liverpool, Reino Unido: Liverpool University Press, 1998), 66.
  • 3Ian Kershaw, “The Hitler Myth,” History Today 35, no. 11 (noviembre de 1985), consultado el 15 de marzo de 2016.
  • 4Ibíd.
  • 5Discurso de Werner Willikens, Secretario de Estado en el Ministerio de Alimentación, 21 de febrero de 1934, en Jeremy Noakes y Geoffrey Pridham, eds., Nazism 1919-1945: A Documentary Reader, vol. 2: State, Economy and Society 1933–1939 (Liverpool, Reino Unido: Liverpool University Press, 2000), 207.
  • 6Ian Kershaw, “‘Working Towards the Führer’: Reflections on the Nature of the Hitler Dictatorship,” Contemporary European History 2, no. 2 (julio de 1993): 117.

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— Claudia Bautista, Santa Monica, Calif