German Reserve Police Battalion 101 (en español) | Facing History & Ourselves
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Reserve Police Battalion 101 (en español)

Investigate perpetrator behavior with historian Christopher Browning’s study of the men of a police unit that killed Jews during World War II. This resource is in Spanish.
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This resource is intended for educators in the United States who are applying Spanish-language resources in the classroom.

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Spanish
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Asunto

  • History
  • The Holocaust

Choosing Cruelty: The Psychology of Perpetrators

Social psychologist James Edward Waller describes the importance of studying perpetrator behavior.

El Batallón de Reserva Policial 101

¿Qué tipo de persona asesina civiles, incluyendo ancianos y bebés, todo el día? Para responder a tales preguntas, el historiador Christopher Browning estudió los testimonios ante los tribunales realizados en las décadas de los sesenta y setenta por 210 hombres que sirvieron en el Batallón de Reserva Policial 101 alemán, y a quienes luego se les imputó cargos por crímenes de guerra. 

En la mitad de la década de los treinta, los nazis empezaron a proporcionar entrenamiento de tipo militar a la policía uniformada, y después de 1939 enviaron a docenas de batallones policiales al este para apoyar la guerra contra el “judeo-bolchevismo” librada por el ejército alemán y los Einsatzgruppen. El Batallón de Reserva Policial 101 estaba conformado por el equivalente alemán de oficiales de policía de la ciudad y alguaciles del condado. Estaba asignado al distrito de Lublin en Polonia.

The Psychology of Genocidal Behavior

Psychologist James Edward Waller brings a psychological lens to understanding why people commit genocidal acts.

Como la Guardia Nacional de los Estados Unidos, estos batallones alemanes estaban organizados regionalmente. La mayoría de los hombres en el Batallón 101 venían de vecindarios de clase trabajadora y clase media baja en Hamburgo, Alemania. El mayor Wilhelm Trapp, un oficial de policía de carrera de 53 años que había ascendido en los rangos, comandaba el batallón. Se unió al Partido Nazi en 1932, pero no era miembro de la SS (Escuadras de Protección), la guardia nazi de élite asignada a resolver el llamado “problema judío”. La primera misión de asesinatos del batallón ocurrió el 13 de julio de 1942. Browning reporta:

Justo al momento del alba, los hombres llegaron al pueblo [de Jozefow] y se formaron en una media luna alrededor del mayor Trapp, quien procedió a dar un breve discurso. Con la voz entrecortada y lágrimas en sus ojos, visiblemente luchó por controlarse mientras informaba a sus hombres de que habían recibido órdenes de realizar una labor muy desagradable. Estas órdenes tampoco eran de su agrado, pero venían de los altos mandos. Posiblemente les facilitaría su labor, les dijo a los hombres, si recordaban que en Alemania caían bombas sobre mujeres y niños. Dos testigos afirmaron que Trapp también mencionó que los judíos de este pueblo habían ayudado a los partisanos. Otro testigo recordó que Trapp mencionó que los judíos habían instigado el boicot contra Alemania. Trapp luego explicó a los hombres que debían reunir a los judíos en Jozefow y seleccionar a los hombres jóvenes para que realizaran trabajos forzados y fusilar a los demás.

Trapp le hizo una extraordinaria oferta a su batallón: si alguno de los hombres más veteranos de entre ellos no se sentía capacitado para la labor que tenía ante sí, podía retirarse. Trapp hizo una pausa y, tras un momento, un hombre dio un paso adelante. El capitán de la tercera compañía... empezó a reprender al hombre. El mayor le dijo al capitán que guardara silencio. Luego, entre diez y doce otros hombres también dieron un paso adelante. Entregaron sus rifles y se les dijo que esperaran una nueva misión del mayor.

Trapp citó a los comandantes de la compañía y les entregó sus asignaciones respectivas. Dos pelotones de la tercera compañía rodearían el pueblo; los hombres recibieron órdenes explícitas de disparar a cualquier persona que tratara de escapar, los hombres restantes debían agrupar a los judíos y llevarlos al mercado central. Quienes estuvieran muy enfermos o débiles para caminar al mercado central, así como los niños y cualquier persona que opusiera resistencia o intentara esconderse, debía ser fusilada en el acto. Después, algunos hombres de la primera compañía escoltarían... a los judíos seleccionados al mercado central, mientras que el resto debía dirigirse al bosque para formar escuadrones de fusilamiento. La segunda compañía subiría a los judíos a camiones del batallón y los enviarían del mercado central al bosque.

Tras dar a los comandantes de las compañías sus asignaciones respectivas, Trapp pasó el resto del día en el pueblo, principalmente en un aula escolar convertida en su cuartel, pero también en las casas del alcalde polaco y el sacerdote local. Testigos que lo vieron durante varios momentos del día lo describieron quejándose con amargura de las órdenes que le habían dado y “llorando como un niño”. Aun así, afirmó que “las órdenes son órdenes” y debían obedecerse. Ni un solo testigo recuerda verlo en el sitio de fusilamiento, un hecho que no pasó desapercibido entre los hombres, que sintieron resentimiento al respecto. El conductor de Trapp recuerda que dijo, “si alguien se venga por lo sucedido con los judíos en esta tierra, que tengan misericordia sobre nosotros los alemanes”. 1

Browning destaca, “Si bien los hombres del Batallón de Reserva Policial 101 aparentemente estaban dispuestos a disparar a los judíos demasiado débiles o enfermos para moverse, en su mayoría evitaban disparar a los niños, a pesar de sus órdenes. Ningún oficial intervino, pese a que subsecuentemente un oficial advirtió a sus hombres de que en el futuro tendrían que ser más drásticos”. 2

Mientras la matanza continuaba, algunos oficiales reasignaban a quienes lo pedían, mientras otros presionaban a sus hombres a continuar pese a sus reservas. Al mediodía, ofrecieron botellas de vodka a los hombres para “refrescarlos”. Sin embargo, una cantidad de soldados se desplomó. Aunque la mayoría continuaron hasta el final. Tras terminar la masacre, el batallón fue transferido a la parte norte del distrito y los pelotones se dividieron, cada uno ubicado en un municipio distinto. Todos los pelotones participaron en al menos uno o más actos de fusilamiento. La mayoría encontró que los asesinatos subsecuentes fueron más sencillos de cometer. 

Al sacar conclusiones de los testimonios, Browning se centró en las opciones que tenían los hombres que estudió.

La mayoría sencillamente negó tener la posibilidad de elegir. Ante el testimonio de otros, no negaron que Trapp les hubiera hecho la oferta, pero afirmaron repetidamente que no habían escuchado esa parte de su discurso o que no la recordaban. Algunos de los que admitieron que se les había dado la posibilidad de elegir y, sin embargo, no optaron por no hacerlo, fueron bastante directos. Uno de ellos dijo que no quería que sus camaradas lo consideraran un cobarde. Otro, más consciente de lo que realmente requería valor, sencillamente dijo: “Fui un cobarde”. Algunos otros también hicieron el intento de afrontar la pregunta de la elección, pero no encontraron las palabras. Eran una época y un lugar distintos, como si hubiesen estado en otro planeta político y el vocabulario político y los valores de la década de los sesenta no pudiesen explicar la situación en la que se encontraron en 1942. Como admitió un hombre, no fue sino hasta años después que empezó a considerar que lo que había hecho no era lo correcto. No había pensado en ello en ese entonces. 3

Browning también destaca: 

5 [Resulta] dudoso que fueran inmunes a la “influencia de la época”... a la incesante proclamación de la superioridad alemana y a la incitación de desprecio y odio por el enemigo judío. Nada ayudó más a los nazis a librar una guerra racial que la guerra misma. En tiempos de guerra, cuando es demasiado usual excluir al enemigo de la comunidad de obligaciones humanas, también era demasiado sencillo incluir a los judíos en la “imagen del enemigo”. 4

Los hombres que no participaron fueron más específicos sobre sus motivaciones. Algunos atribuyeron su negativa a su edad o al hecho de que no eran “profesionales”. Solo uno se refirió a conexiones personales con judíos para explicar su negativa. Browning escribe:

Lo que prácticamente permaneció sin cuestionamiento por parte de los interrogadores y no fue mencionado por los policías fue el papel del antisemitismo. ¿No hablaron al respecto porque el antisemitismo no fue un factor motivante? ¿O no estaban dispuestos o no podían confrontar este asunto incluso luego de veinticinco años, ya que había sido demasiado importante, demasiado generalizado? Uno se ve tentado a preguntarse si el silencio habla más que las palabras, pero al final, el silencio no deja de ser silencio y la pregunta sigue sin respuesta.

Algunos historiadores resaltan que los miembros del batallón podían haberse expuesto a cargos penales más severos en el sistema legal alemán al momento de los juicios si mencionaban el antisemitismo como parte de su motivación en las matanzas. Browning continúa:

¿Fue típico el incidente en Jozefow? Ciertamente no. No conozco de ningún otro caso en el que un comandante invitara y aprobara tan abiertamente que sus hombres no participaran en una matanza. Pero al final el hecho más importante no es que la experiencia del Batallón de Reserva Policial 101 no fuera típica, sino que la oferta extraordinaria de Trapp no importara. Como cualquier otra unidad, el Batallón de Reserva Policial 101 asesinó a los judíos que les habían dicho que asesinaran. 6

Preguntas de contexto

  1. ¿Qué detalles del texto le ayudan a entender cómo se sentía el mayor Wilhelm Trapp sobre los asesinatos? ¿Qué decisiones tomó Trapp? ¿Cómo explica sus decisiones?
  2. ¿Qué papel tuvo “seguir las órdenes” en las decisiones tomadas por los hombres de Trapp? ¿Hasta qué punto puede haber influido la conformidad (el deseo de encajar con las actitudes, creencias o comportamientos de un grupo)? ¿Qué otros factores pueden haber influenciado su participación?
  3. El académico Daniel Goldhagen examinó esta misma historia y llegó a una conclusión distinta a la de Browning. Goldhagen considera que el antisemitismo, más que la conformidad, es una explicación más convincente de por qué tantos hombres participaron en la masacre de Jozefow. Argumenta que los hombres decidieron asesinar cuando podían haberse negado porque realmente creían que asesinar judíos era lo correcto; para Goldhagen, cualquier explicación distinta a lo que denomina “antisemitismo eliminacionista” es inadecuada. ¿Está de acuerdo? ¿El deseo de encajar es suficiente para explicar por qué las personas cometerían tal violencia? ¿O también deben sentir odio por sus víctimas?
  4. ¿De qué maneras, de acuerdo con Browning, fueron “atípicas” las experiencias del Batallón Policial 101? Pese a la naturaleza inusual de estos eventos, ¿cómo pueden ayudarnos a entender el panorama de la historia del Holocausto? ¿Cómo pueden las experiencias y decisiones de estos hombres ayudarnos a entender el comportamiento humano?
  5. Browning escribe de los hombres que participaron en los asesinatos, “Algunos de los que admitieron que se les había dado la posibilidad de elegir y, sin embargo, no optaron por no hacerlo, fueron bastante directos. Uno de ellos dijo que no quería que sus camaradas lo consideraran un cobarde. Otro, más consciente de lo que realmente requería valor, sencillamente dijo: ‘Fui un cobarde’". ¿Por qué algunos hombres pueden haber sentido que su decisión de participar fue cobarde? ¿Qué se necesita para hacer que alguien realice un acto distinto a los actos del resto del grupo?
  6. ¿Es importante conocer los motivos de los perpetradores, tales como los miembros del Batallón Policial 101? ¿Es posible entender totalmente sus motivos? ¿Hasta qué grado podemos confiar en sus propias explicaciones años después de los asesinatos?
  • 1Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 174–75. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.
  • 2Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 179. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.
  • 3Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 181–82. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.
  • 5Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 183. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.
  • 4Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 186. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.
  • 6Christopher R. Browning, “One Day in Jozefow: Initiation to Mass Murder”, in The Path to Genocide: Essays on Launching the Final Solution (Cambridge: Cambridge University Press, 1992), 183. Reproducido con autorización de Cambridge University Press.

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— Gabriela Calderon-Espinal, Bay Shore, NY