Denmark: A Nation Takes Action (en español)
Dinamarca: Una Nación Toma Medidas
Hacia 1943, cualquiera en la Europa ocupada por alemanes que quisiera saber algo era consciente de lo que les estaba pasando a los judíos. Por muchas razones, entre otras, el miedo, el egoísmo, la pasividad, e incluso la simpatía con las políticas alemanas, pocos en las naciones ocupadas actuaron para proteger a los judíos residentes. Muchos funcionarios del gobierno en los países ocupados entregaron documentos que les permitieron a los alemanes identificar rápidamente a los judíos, y la policía local a menudo ayudó a los alemanes a encontrar y arrestar a esos judíos. La excepción fue Dinamarca.
Después de que los alemanes conquistaran Dinamarca en 1940, Hitler le había permitido al gobierno de la preguerra permanecer en el poder y mantuvo solo una fuerza militar simbólica en la nación. La política alemana consideraba a los daneses como miembros de una raza superior, similar a los alemanes. Sin embargo, los daneses se ofendieron profundamente con la ocupación de su país, y algunos se defendieron con actos de sabotaje, disturbios y paros. En el verano de 1943, los nazis decidieron tomar represalias; limitaron el poder del rey Cristian X; obligaron al gobierno danés de la preguerra a renunciar y disolvieron el ejército danés. Además, ordenaron el arresto de varios líderes cristianos y judíos.
Unas semanas después, los daneses supieron que los alemanes planeaban deportar a toda la población judía de la nación. Esa noticia la dio Georg Ferdinand Duckwitz, un diplomático alemán encargado de vigilar los envíos entre Alemania y Dinamarca. A principios de la década de los treinta, Duckwitz, atraído por la propaganda ultranacionalista de los nazis, se unió al partido. Sin embargo, cuando salieron a la luz las intenciones violentas de Hitler, se desilusionó con el partido, y cuando los alemanes se tomaron Dinamarca, se compadeció de las adversidades y dificultades del pueblo danés. A finales de septiembre, cuando Duckwitz se enteró de las órdenes secretas de alistar cuatro barcos de carga para transportar judíos daneses a Polonia, de inmediato pasó la información a los líderes de la resistencia danesa. Ellos, a su vez, le informaron al pueblo danés.
Cuando los líderes de la iglesia danesa se enteraron del plan de los alemanes, enviaron una carta abierta a los funcionarios alemanes. El domingo 3 de octubre de 1943, esa carta fue leída desde todos los púlpitos en la nación.
Dondequiera que persigan a los judíos por su religión o raza, es deber de la Iglesia cristiana protestar contra dicha persecución porque entra en conflicto con el sentido de justicia inherente al pueblo danés y es inseparable de nuestra cultura cristiana danesa a través de los siglos. Fiel a este espíritu y conforme al texto de la Constitución, todos los ciudadanos daneses gozan de igualdad de derechos y responsabilidades ante la ley y de total libertad religiosa. Entendemos la libertad religiosa como el derecho de ejercer nuestro culto a Dios como nuestra vocación y conciencia nos lo permiten y de manera que la raza y la religión per se nunca puedan justificar que a una persona se le prive de sus derechos, libertades o propiedades. Independientemente de nuestras distintas creencias religiosas, debemos luchar por la causa de que nuestros hermanos judíos puedan conservar la misma libertad que nosotros mismos valoramos más que la vida misma. 1
Los daneses respondieron en las siguientes semanas con un plan para evitar que deportaran a los judíos escondiéndolos hasta cuando fueran evacuados cerca de Suecia, una nación neutral. Fue un esfuerzo colectivo, organizado y pagado por cientos de ciudadanos particulares, judíos y cristianos por igual. A los pescadores, muchos de quienes no podían arriesgarse a perder ni siquiera un día de pago, se les pagó para transportar a los judíos a Suecia. El dinero también se usó para pagar sobornos; no fue accidental que todos los buques de guardia alemanes en el área fueran atracados para hacerles reparaciones la noche del rescate.
No todos los judíos pudieron salir; algunos fueron capturados mientras esperaban una embarcación, mientras que otros fueron capturados en altamar. Pero, finalmente, los nazis solo pudieron deportar 580 de los 7,000 judíos de Dinamarca al campo-gueto de Terezín, y el gobierno danés continuamente preguntaba por su situación. Ningún judío danés fue enviado a un campo de exterminio y, a excepción de unos pocos que murieron por enfermedades o por su edad avanzada en Terezín, todos ellos regresaron a Dinamarca después de la guerra.
Connection Questions
- What does the reading reveal about who was involved in the effort to save the Jews of Denmark? What motivated this effort?
- What principles and convictions are expressed in the open letter that leaders of the Danish church sent to German officials? Why might this letter have been influential?
- Why was the Danes’ effort to rescue Danish Jews so successful?
- 1Citado en Leo Goldberger, ed., The Rescue of the Danish Jews: Moral Courage Under Stress (Nueva York: New York University Press, 1988), 6-7.